Para poder hallarle la solución a un problema, es necesario realizar un análisis profundo del mismo. Este examen minucioso conlleva la identificación de las principales variables que participan en el dilema: La causa que lo promovió y las consecuencias que provoca. Luego de reconocerlas, posteriormente, surgen variables de segundo plano, que tienen cierta importancia. Este proceso permite un manejo eficaz y un control propio de las mismas, en todo el proceso de análisis.
En ocasiones, el método de solución no es el adecuado y empeora la situación. Esto se da, principalmente, cuando no se tiene un control adecuado de los componentes, que igualmente es provocado por la mala identificación de éstos. Por tal razón, el análisis del problema juega un papel muy importante en la búsqueda de su solución.
En nuestro pequeño pero grandioso país, los gobernantes se comprometen a encontrarle solución a un sin fin de problemas. Para lograrlo, han ideado un novedoso sistema, que se basa en el nombramiento de una comisión, delegando en ella, la función de evaluar la condición. Una vez escogidos varios grupos de delegados, que tratarán problemas diferentes, se produce un diálogo entre los mismos. Pese a las buenas intenciones que tengan los gobernantes, si la escogencia de los representantes no se realiza de manera apropiada, nunca se llegará a un consenso. Y es éste, el principal inconveniente del sistema.
Cada miembro del consejo, debe poseer la capacidad de realizar un análisis objetivo de la situación. Si se tienen varios delegados que presenten esta característica, fluirán ideas provechosas en el diálogo y la integración de todas, daría origen a una solución. El mayor obstáculo que se observa en nuestra realidad, es la subjetividad de algunos miembros, que se fundamenta en sus intereses propios. Este último hecho, representa un impedimento que desvía totalmente el debate, hacia una dirección que brinde beneficios propios y no en pro de la sociedad.
La ironía más grande que se puede dar en este proceso y que tristemente ocurre en nuestro suelo es que aquellas personas que guardan alguna relación con la etiología de los problemas, sean parte del mencionado diálogo. ¿Desde cuándo un médico negocia con el virus del VIH para hallar una vacuna que pueda inhibir la acción del microorganismo en el cuerpo humano?
Es interesante observar que, el modo en que se analizan los problemas influye, en gran medida, en la obtención de una solución. Precisamente, es en este proceso donde los grandes interesados estiran sus tentáculos para que el arreglo que se busca se traduzca en provecho hacia ellos.
No podemos aceptar la utilización de este sistema, en la solución de las molestias que atentan en contra del bienestar social, si no se hace un uso apropiado del mismo. Si seguimos así, la solución de un problema formará parte de la larga e interminable lista de procesos que se someten a los largos pasos de la burocracia.
En ocasiones, el método de solución no es el adecuado y empeora la situación. Esto se da, principalmente, cuando no se tiene un control adecuado de los componentes, que igualmente es provocado por la mala identificación de éstos. Por tal razón, el análisis del problema juega un papel muy importante en la búsqueda de su solución.
En nuestro pequeño pero grandioso país, los gobernantes se comprometen a encontrarle solución a un sin fin de problemas. Para lograrlo, han ideado un novedoso sistema, que se basa en el nombramiento de una comisión, delegando en ella, la función de evaluar la condición. Una vez escogidos varios grupos de delegados, que tratarán problemas diferentes, se produce un diálogo entre los mismos. Pese a las buenas intenciones que tengan los gobernantes, si la escogencia de los representantes no se realiza de manera apropiada, nunca se llegará a un consenso. Y es éste, el principal inconveniente del sistema.
Cada miembro del consejo, debe poseer la capacidad de realizar un análisis objetivo de la situación. Si se tienen varios delegados que presenten esta característica, fluirán ideas provechosas en el diálogo y la integración de todas, daría origen a una solución. El mayor obstáculo que se observa en nuestra realidad, es la subjetividad de algunos miembros, que se fundamenta en sus intereses propios. Este último hecho, representa un impedimento que desvía totalmente el debate, hacia una dirección que brinde beneficios propios y no en pro de la sociedad.
La ironía más grande que se puede dar en este proceso y que tristemente ocurre en nuestro suelo es que aquellas personas que guardan alguna relación con la etiología de los problemas, sean parte del mencionado diálogo. ¿Desde cuándo un médico negocia con el virus del VIH para hallar una vacuna que pueda inhibir la acción del microorganismo en el cuerpo humano?
Es interesante observar que, el modo en que se analizan los problemas influye, en gran medida, en la obtención de una solución. Precisamente, es en este proceso donde los grandes interesados estiran sus tentáculos para que el arreglo que se busca se traduzca en provecho hacia ellos.
No podemos aceptar la utilización de este sistema, en la solución de las molestias que atentan en contra del bienestar social, si no se hace un uso apropiado del mismo. Si seguimos así, la solución de un problema formará parte de la larga e interminable lista de procesos que se someten a los largos pasos de la burocracia.
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