domingo, 13 de mayo de 2007

La Educación Sexual en Panamá.

La sexualidad, en nuestro país, ha llegado a convertirse en un icono, a tal punto que se utiliza como estrategia publicitaria, que tiene como fin atraer las miradas de los ciudadanos. Apreciamos en nuestras calles, vallas publicitarias con imágenes de mujeres seductoras, casi desnudas; en la televisión, propagandas en las que no puede faltar la presencia de una mujer, inclusive en los programas, donde tienen que existir escenas eróticas para ser llamativos. Como consecuencia, la imagen de la mujer queda denigrada socialmente y se promueve el machismo. Los medios de comunicación se están encargando de sembrar, en nuestra sociedad, el morbo que la caracteriza. Por estas razones, debemos educar a los ciudadanos sobre temas de sexualidad para evitar lamentaciones.

Para realizar un análisis preciso, con el fin de hallar un mecanismo para enfrentar esta realidad social, debemos partir del siguiente punto: La educación sexual inicia en el hogar. La familia, como unidad funcional de toda sociedad, tiene ciertas funciones, una de ellas es la socialización, que se define como la transmisión de valores y normas sociales, mediante la enseñanza de la cultura del grupo. Con la socialización, se prepara al futuro miembro para hacer frente a la vida en sociedad. Y es aquí donde entra el papel de la educación sexual.

En la etapa de niñez, los jóvenes miembros de la sociedad van descubriendo su sexualidad, desde el momento en que se percatan de las diferencias anatómicas que existen entre un hombre y una mujer. Comienzan a surgir dudas que deben ser disipadas adecuadamente (Léase por sus padres con el uso de un apropiado lenguaje). No obstante, en nuestra triste realidad, los padres no cumplen debidamente con esta parte de su rol, y dejan que nuestros intoxicantes medios de comunicación se encarguen de aclarar las dudas de los niños sobre temas sexuales. Justamente, es esto lo que promueve el desarrollo de la mala actitud que caracteriza a los jóvenes, en cuanto a la sexualidad.

Con la llegada a la pubertad, los adolescentes experimentan cambios anatómicos y fisiológicos: Crecimiento de los senos, del vello púbico, y, principalmente, la secreción de hormonas que controlan el surgimiento de las características sexuales secundarias y del comportamiento sexual. Inician las conductas de atracción entre sexos opuestos (Hay casos donde se nota la atracción entre miembros del mismo sexo) y se despierta el deseo sexual, efecto de la fisiología regulada por las hormonas. Precisamente, en esta etapa del crecimiento humano, los conocimientos sobre sexualidad deben ser reforzados. El joven debe poseer nociones sobre la anatomía y fisiología corporal de ambos sexos, siendo este punto muy importante para el correcto uso de los métodos anticonceptivos. Cuando el joven posee buenos conocimientos sobre dichos temas, desarrolla una conducta fija, fortalecida y apropiada, y puede afrontar situaciones en las que intervenga su sexualidad, como es debido. Sin embargo, ocurre todo lo contrario en nuestro suelo. Los jóvenes panameños se encuentran inmersos, actualmente, en un océano de ignorancia de los asuntos antes mencionados, y aún así, SE ATREVEN a llevar una vida de desenfreno sexual. Nueve meses después, les llega la factura, o sino, adquieren infecciones de transmisión sexual. Bueno, hay quienes tienen la dicha de no vivir las consecuencias negativas de sus actos. Pero, ¡Eso no va a suceder siempre!

Integrando lo antes escrito, queda evidenciado que es indispensable brindar la educación sexual a la que tanto derecho tienen los miembros de la sociedad desde su niñez en el hogar. Felicito a las autoridades de educación, que han mostrado su preocupación por abordar este tema, estudiando la posibilidad de brindar cursos de educación sexual en las escuelas. Pero es mí deber advertir algo: El éxito de estos programas va en función de cómo, cuándo y quién las dicte. Sean conscientes…

miércoles, 9 de mayo de 2007

Hechos sobre la Sexualidad Humana.

La sociedad panameña se encuentra ante una triste realidad: El desconocimiento de temas relacionados con la sexualidad humana. Esta situación afecta, en gran medida, a la juventud de nuestro país que se caracteriza por vivir un estilo de vida desenfrenado, sumando a esto, las pocas o nulas nociones que poseen sobre dichos asuntos.

Para empezar, debemos tener muy presente lo siguiente: Sexualidad no es lo mismo que sexo. Este es un error muy común en el que incurren la mayoría de los adolescentes. La sexualidad humana implica todos aquellos comportamientos psicológicos, biológicos y sociales, que caracterizan al ser humano, llevados a encontrar la satisfacción del deseo sexual. Ahora bien, dentro del contexto de sexualidad humana, se encuentran ciertos criterios, que son necesarios nombrar y definir:

  1. Sexo (XX, XY): Hace referencia a las diferencias biológicas que existen entre el hombre y la mujer. Es una cualidad genética.
  2. Identidad sexual: Implica la identificación personal del individuo dentro de un determinado sexo. Es una cualidad psicológica.
  3. Género: Identifica las características socialmente construidas que definen y relacionan los ámbitos del ser y el que hacer femenino y masculino.
  4. Identidad de Género: Define el rol que se debe realizar dependiendo del sexo (comportamiento social)
  5. Orientación sexual: Comprende la definición de qué es lo que te atrae. De acuerdo al tipo de orientación sexual, se habla de homosexualidad, heterosexualidad o bisexualidad.

Es muy importante conocer que la identidad sexual debe formarse y, que el género es un rol que se le adjudica a un ser humano dependiendo de la sociedad en que se encuentre.

Todos los seres vivos tienen la función de reproducción para mantener la especie, pero en el caso del hombre, se separa la función de reproducción de la actividad de obtener goce sexual. Esto se logra utilizando medios que potencien la personalidad y faciliten la comunicación y el amor, como lo constituyen las relaciones sexuales. El acto sexual es una actividad que se basa en la comunicación entre 2 personas, léase bien, POR LO MENOS 2 PERSONAS. Según esto, la masturbación no representa un acto sexual, sino que se concibe como una actividad que facilita la comunicación del amor, puesto que sirve de práctica. Para lograr dicha comunicación, es necesario lograr una conexión simultánea de los ámbitos biológicos y psicológicos de ambos, con la utilización de métodos anticonceptivos.

Cabe destacar que el comportamiento biológico escapa totalmente de la realidad social actual. Para contrarrestar este hecho, se pactan los límites que separan lo sano de lo que no es sano. Éstas fronteras se establecen por medio del concepto de salud sexual. La salud sexual es la capacidad de obtener goce sexual y reproducción, es decir, cuando el acto sexual se realiza sin obstáculos orgánicos o psicológicos que dificulten el goce sexual y la reproducción. Los obstáculos orgánicos pueden ser representados por la presencia de infecciones de transmisión sexual o por riesgos de infertilidad; los psicológicos, por impotencia. Estos inconvenientes producen sentimientos de culpa, vergüenza, miedo, e ideas falsas/tabúes.

Resulta primordial conocer y tener bien claros estos conceptos, antes de brindar educación sexual y reproductiva. Precisamente, el desconocimiento característico de estos detalles en nuestra sociedad, genera las actuales desviaciones que se observan en la sexualidad de los panameños. Ya con esto queda en evidencia que la sexualidad no se limita sólo al coito…

martes, 8 de mayo de 2007

Juventud Panameña en Problemas

Probablemente esperé mucho para escribir respecto a este tema, pero igualmente será de amplia discusión en los próximos años al acercarse las nuevas contiendas políticas. Es un tema, que hasta hace poco, era muy discutido en la prensa debido a la delincuencia infantil y al muy bajo rendimiento escolar. Ante tal creciente problema, la sociedad ha decidido plantear posibles fórmulas para solucionarlo, entre esas el aumento de penas.

La creciente tasa de delincuencia infantil y el fracaso escolar no es un tema nuevo. Es el resultado de un proceso que se viene dando desde hace ya varios años, no solamente en nuestro país, sino en toda Centroamérica. Seguramente al preguntarle a un centroamericano sobre delincuencia, piensa en los grupos como las Maras. Este grupo predomina en El Salvador, Guatemala y Honduras e incluso están activas en los Estados Unidos. Precisamente debido a este hecho, los panameños, durante años, pensamos que nuestro país estaba libre de problemas de esta índole. Aparentemente demoramos demasiado en percatarnos que temas tan importantes como la delincuencia nos afectan tanto como a ellos.

Ante tal situación, el gobierno tomó la medida de arrestar a cientos de jóvenes en los barrios más populares de la ciudad. En ese instante, se plantea la posibilidad del aumento de penas como una solución al problema. Ante esto, salen a relucir los defensores de los derechos de los menores y se forma un gran debate que se estanca. Me preguntaba yo en ese momento, qué tiempo iba a pasar para que los soltaran y el tema desapareciera de las prioridades del gobierno (que por cierto cambian cada mes). Pues, evidentemente, al rato salieron estos jóvenes y de vuelta están en nuestras calles. Desaparece nuevamente el tema de la seguridad y es reemplazado por otros menos importantes que deciden discutir nuestros “distinguidos” diputados. De cualquier forma, ¿Existe acaso un plan para la resocialización de estos jóvenes? ¿Qué se va esperar de este sistema en el país, si en nuestras cárceles apenas hay espacio? Es, precisamente, este gran círculo de debates y las famosas comisiones sin fin lo que nos frena a cada rato, nos estanca y que por su lentitud y poca voluntad, nos atrasa y nos hacen cambiar nuestras prioridades constantemente. Esto ya es común en nuestro país que evidentemente no se aleja del patrón que siguen los países como el nuestro. Me pregunto si lo mismo va suceder en Francia (me imagino que no va ser el caso), siendo este tema uno de los más importantes en la agenda del nuevo presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.

Otro serio problema que nos afecta es el bajo rendimiento escolar (asumiendo muchas veces colegios públicos debido a que es ahí donde se aplican las pruebas) y, por ende, el gran fracaso en los exámenes de admisión de la Universidad de Panamá. La Universidad de Panamá tomó la decisión de reducir el índice mínimo de ingreso de 1.0 para dar espacio a los jóvenes que fueron incapaces de obtenerlo en las pruebas (excepción a todo esto es la Facultad de Medicina donde es siempre lo contrario). Esta decisión que tomó la universidad, aparentemente, no es nueva, pero sale a relucir en momentos en donde se cuestiona profundamente la educación.

Lastimosamente, no podemos comparar los resultados de la Universidad de Panamá con una universidad privada del país, ya que éstos no aplican ningún tipo de prueba de ingreso a sus estudiantes. Esto es una pena y, en mi opinión, absurdo en todo el sentido de la palabra, pero estoy casi seguro que el resultado sería el mismo o muy parecido, por más que en esos centros se concentren estudiantes, en su mayoría, de mayores ingresos económicos y de colegios privados.

De la misma forma quiero expresar mi enorme disgusto ante las caricaturas publicadas en el diario La Prensa el día 17 y 18 de mazo del 2007 (véase fotos anexadas al final del artículo). Los autores se excedieron al insultarnos y compararnos con un burro y unas cucarachas. Existen muchos estudiantes que nos esforzamos enormemente y cumplimos con las exigencias de un alto índice de ingreso y a lo largo de nuestra carrera, como es el caso de los estudiantes de la Facultad de Medicina. Sobre estas aberrantes caricaturas se han expresado muchas personas como es el caso del profesor Sebastián Vásquez Ph.D, profesor mío del curso de Fisicoquímica.

Es de importancia reconocer, por parte de las autoridades de este país, que este flagelo que nos afecta hay que atacarlo desde la raíz. Es un problema que nace en la mediocre educación que reciben los niños/jóvenes en los colegios, y que continúa en la mediocridad en los estudios universitarios. Es el producto de la pésima financiación de los centros escolares, de la corrupción, la pobreza y el desempleo. Este problema sí es un círculo vicioso que vale la pena analizar profundamente y darle soluciones inmediatas. No confundamos a la sociedad con debates y comisiones que no progresan. Dejemos intereses a un lado y transformemos esta sociedad joven por el futuro de nuestro país.


Fuente de las imágenes: caricaturas publicadas en el diario La Prensa, el día 17 y 18 de marzo del 2007. Obtenidas de la página oficial www.prensa.com