lunes, 12 de mayo de 2008

¿Qué implica dedicarse a la Medicina?

La medicina consiste en una disciplina científica que enfoca su objetivo en la mantención del perfecto equilibro que debe coexistir entre las partes que constituyen al cuerpo humano, mediante la conservación de la buena salud, en todos los ámbitos que lo componen. De tal suerte que, para afirmar que una persona es sana con toda seguridad, debe gozar de buena salud física, biológica y psicológica. La preservación del equilibrio entre dichas partes instituye un proceso muy complicado y que exige que el profesional de la medicina posea una excelente formación, permitiendo que desarrolle la agilidad necesaria mediante la experiencia y la obtención de conocimientos que serán aplicados en su lucha por mantener dicha armonía.
¿Por qué tomarle tanta importancia a este hecho? Para responder esta inquietud y, a la vez, dejar clara la evidente relación que guarda este con el buen ejercicio de la medicina, resulta necesario analizar el objeto de estudio: El cuerpo humano.
El ser humano puede ser catalogado desde diferentes puntos de vistas, todos válidos: el último escalón de la jerarquía animal, el llamado “Homo sapiens sapiens”; la perfecta creación de un ser sobrenatural de inmensa divinidad, perfecta por ser a imagen y semejanza de este ser; la asociación del cuerpo y el alma, entre otros. Sea cual sea el modo de verlo, conlleva el pensamiento implícito de ser un ente de inmensa importancia y con merecido respeto. El individuo, en sí, está formado por un cuerpo, una parte material que le da la naturaleza de humano y que posee un alto grado de complejidad, compuesto de partes asociadas entre sí, relacionándose unas con otras y que definen su identidad. La alteración de dicha asociación, atenta contra la integridad del cuerpo, afectándolo y termina con amenazar el bienestar del ser humano. Para evitar esto, el profesional hace uso de sus conocimientos en medicina, restituyendo el equilibrio dinámico, que se traduce en buena salud para el individuo.
Resulta indispensable para aquel que práctica la medicina, reconocer la mencionada y comprobada importancia del ser humano, puesto que, en relación a ella, basará todos sus esfuerzos en combatir y hallarle solución al malestar que le aqueje a uno en algún momento determinado. Ésta debe ser inculcada a lo largo del proceso de formación del médico y sus colaboradores. La persona que pretenda dedicarse a la medicina debe desarrollar una actitud científica que le permita actuar bajo esta premisa, tomar muy en cuenta que tratará con humanos, seres idénticos a él. Personas que se verán aquejadas por dolencias y que, por más mínimas que sean, merecen un trato apropiado para hallarles solución. La disciplina, por esta naturaleza, es exigente.
Son muchos los que consideran que el grado de demanda es muy alto y que el beneficio no es el esperado. Se incluyen los que quieren utilizar la medicina como escalón a un estatus social superior, con remuneraciones económicas. Si lo logran, bien por ellos; sin embargo, serán trabajadores promedio, que les importa muy poco el estado de su paciente, con falta de tacto al momento de prestar el servicio, irrespetuosos con el tiempo del mismo. ¿De qué vale gozar de dicho estatus y buena remuneración económica, si no se nota la satisfacción y agradecimiento de su paciente por encontrarle solución a su quebranto? No hay mejor deleite que el ver a una persona complacida por recibir la ayuda de un equipo médico y que ésta le haya sido de provecho en la búsqueda de una solución a su problema; notar la sonrisa de alegría de aquel que se siente curado; percibir la confianza que deposita el paciente en el grupo de profesionales de la salud y, sobre todo, tener en cuenta que se logró mantener el brillo de vida de un ser humano. Cuando el que desarrolla la medicina hace bien su trabajo, consigue, un buen estatus social y la anhelada estabilidad económica. Qué mejor estatus que aquel que otorga la sociedad por dedicarse a realizar de manera adecuada su trabajo.

jueves, 5 de julio de 2007

El Tránsito en Nuestras Calles

La ciudad capital se encuentra al borde del caos. Cada año, sus calles se vuelven menos transitables por la cantidad de automóviles que circulan diariamente por las mismas. Un ambiente de extrema desesperación inunda las principales y las tan circuladas vías de nuestro territorio, provocado por el gran estrés que implica estar tras el volante.

Hace años atrás, los descomunales tranques se daban, exclusivamente, en las famosas “horas pico”, que representan los momentos en los que los cientos de panameños se dirigen a sus labores, en los que salen a almorzar, y, finalmente, cuando culminan sus labores y se marchan a sus respectivos hogares. En la actualidad, ocurren en cualquier momento.

Una gran cantidad de conductores atribuyen esta situación al manejo desordenado de los buses de transporte público; sin embargo, en tiempos en los que éstos últimos dejaron de prestar el servicio, los tranques se hicieron presentes. Otros, afirman que la existencia de los semáforos aporta al surgimiento de los congestionamientos vehiculares. En fin, existen numerosas hipótesis que tratan de hallar una explicación a los tan constantes tranques. Sólo hay una explicación lógica para esta situación: La cantidad de automóviles que circulan en nuestras calles.

Según datos de la Contraloría General de la República, entre los meses de enero a abril del año en curso, se han vendido aproximadamente 12 379 automóviles nuevos. A esta cantidad, hay que sumar el número de carros importados usados que han ingresado a las calles por primera vez. Se pone en evidencia, pues, que cada vez hay más autos en las mismas avenidas.

Existe, además, otro factor muy importante que promueve el aumento de autos particulares en las vías: Nuestro deplorable sistema de transporte público y el selectivo que no se queda atrás. Los usuarios que los utilizan diariamente se convencen más, cada día, de su necesidad de adquirir un auto para poder trasladarse a sus destinos. La verdad, no los culpo. De ésta manera, se introducen automóviles innecesariamente.

No podemos dejar atrás, la enorme influencia de los medios de comunicación, que se encargan de imponer la estúpida idea de la prioridad de tener un automóvil. Los habitantes crecen con dicho pensamiento y se esmeran en conseguir uno, aunque eso signifique endeudarse.

Una solución para este flagelo, que amenaza con colapsar nuestras calles, se ubica en el mejoramiento del sistema de transporte público, pero dicha acción requiere de un análisis exhaustivo (No basta con comprar buses más bonitos y de mayores dimensiones). El objetivo primordial de este novedoso sistema es reducir considerablemente el número de automóviles particulares que circulan por las vías panameñas. Enfocado a este designio, el sistema debe satisfacer todas las necesidades de los usuarios que lo utilicen. Debe brindar comodidad, seguridad y un servicio de calidad. Si se logra, habrá más ciudadanos que utilicen este sistema, incluso más que los que lo utilizan actualmente.

La construcción de nuevas carreteras es un hecho que, a la vez, es necesario para mitigar el problema del sobrecargado tránsito vehicular.

Tristemente, los intereses personales hacen difícil la elección de un adecuado sistema de transporte. Ya no se toma en cuenta la opinión de los usuarios, quienes son los que se afectan directamente. Si el sistema de transporte elegido no es el apropiado, sólo logrará controlar la situación a muy corto plazo y colapsará, regresando al mismo punto donde nos encontramos en estos momentos.


domingo, 13 de mayo de 2007

La Educación Sexual en Panamá.

La sexualidad, en nuestro país, ha llegado a convertirse en un icono, a tal punto que se utiliza como estrategia publicitaria, que tiene como fin atraer las miradas de los ciudadanos. Apreciamos en nuestras calles, vallas publicitarias con imágenes de mujeres seductoras, casi desnudas; en la televisión, propagandas en las que no puede faltar la presencia de una mujer, inclusive en los programas, donde tienen que existir escenas eróticas para ser llamativos. Como consecuencia, la imagen de la mujer queda denigrada socialmente y se promueve el machismo. Los medios de comunicación se están encargando de sembrar, en nuestra sociedad, el morbo que la caracteriza. Por estas razones, debemos educar a los ciudadanos sobre temas de sexualidad para evitar lamentaciones.

Para realizar un análisis preciso, con el fin de hallar un mecanismo para enfrentar esta realidad social, debemos partir del siguiente punto: La educación sexual inicia en el hogar. La familia, como unidad funcional de toda sociedad, tiene ciertas funciones, una de ellas es la socialización, que se define como la transmisión de valores y normas sociales, mediante la enseñanza de la cultura del grupo. Con la socialización, se prepara al futuro miembro para hacer frente a la vida en sociedad. Y es aquí donde entra el papel de la educación sexual.

En la etapa de niñez, los jóvenes miembros de la sociedad van descubriendo su sexualidad, desde el momento en que se percatan de las diferencias anatómicas que existen entre un hombre y una mujer. Comienzan a surgir dudas que deben ser disipadas adecuadamente (Léase por sus padres con el uso de un apropiado lenguaje). No obstante, en nuestra triste realidad, los padres no cumplen debidamente con esta parte de su rol, y dejan que nuestros intoxicantes medios de comunicación se encarguen de aclarar las dudas de los niños sobre temas sexuales. Justamente, es esto lo que promueve el desarrollo de la mala actitud que caracteriza a los jóvenes, en cuanto a la sexualidad.

Con la llegada a la pubertad, los adolescentes experimentan cambios anatómicos y fisiológicos: Crecimiento de los senos, del vello púbico, y, principalmente, la secreción de hormonas que controlan el surgimiento de las características sexuales secundarias y del comportamiento sexual. Inician las conductas de atracción entre sexos opuestos (Hay casos donde se nota la atracción entre miembros del mismo sexo) y se despierta el deseo sexual, efecto de la fisiología regulada por las hormonas. Precisamente, en esta etapa del crecimiento humano, los conocimientos sobre sexualidad deben ser reforzados. El joven debe poseer nociones sobre la anatomía y fisiología corporal de ambos sexos, siendo este punto muy importante para el correcto uso de los métodos anticonceptivos. Cuando el joven posee buenos conocimientos sobre dichos temas, desarrolla una conducta fija, fortalecida y apropiada, y puede afrontar situaciones en las que intervenga su sexualidad, como es debido. Sin embargo, ocurre todo lo contrario en nuestro suelo. Los jóvenes panameños se encuentran inmersos, actualmente, en un océano de ignorancia de los asuntos antes mencionados, y aún así, SE ATREVEN a llevar una vida de desenfreno sexual. Nueve meses después, les llega la factura, o sino, adquieren infecciones de transmisión sexual. Bueno, hay quienes tienen la dicha de no vivir las consecuencias negativas de sus actos. Pero, ¡Eso no va a suceder siempre!

Integrando lo antes escrito, queda evidenciado que es indispensable brindar la educación sexual a la que tanto derecho tienen los miembros de la sociedad desde su niñez en el hogar. Felicito a las autoridades de educación, que han mostrado su preocupación por abordar este tema, estudiando la posibilidad de brindar cursos de educación sexual en las escuelas. Pero es mí deber advertir algo: El éxito de estos programas va en función de cómo, cuándo y quién las dicte. Sean conscientes…

miércoles, 9 de mayo de 2007

Hechos sobre la Sexualidad Humana.

La sociedad panameña se encuentra ante una triste realidad: El desconocimiento de temas relacionados con la sexualidad humana. Esta situación afecta, en gran medida, a la juventud de nuestro país que se caracteriza por vivir un estilo de vida desenfrenado, sumando a esto, las pocas o nulas nociones que poseen sobre dichos asuntos.

Para empezar, debemos tener muy presente lo siguiente: Sexualidad no es lo mismo que sexo. Este es un error muy común en el que incurren la mayoría de los adolescentes. La sexualidad humana implica todos aquellos comportamientos psicológicos, biológicos y sociales, que caracterizan al ser humano, llevados a encontrar la satisfacción del deseo sexual. Ahora bien, dentro del contexto de sexualidad humana, se encuentran ciertos criterios, que son necesarios nombrar y definir:

  1. Sexo (XX, XY): Hace referencia a las diferencias biológicas que existen entre el hombre y la mujer. Es una cualidad genética.
  2. Identidad sexual: Implica la identificación personal del individuo dentro de un determinado sexo. Es una cualidad psicológica.
  3. Género: Identifica las características socialmente construidas que definen y relacionan los ámbitos del ser y el que hacer femenino y masculino.
  4. Identidad de Género: Define el rol que se debe realizar dependiendo del sexo (comportamiento social)
  5. Orientación sexual: Comprende la definición de qué es lo que te atrae. De acuerdo al tipo de orientación sexual, se habla de homosexualidad, heterosexualidad o bisexualidad.

Es muy importante conocer que la identidad sexual debe formarse y, que el género es un rol que se le adjudica a un ser humano dependiendo de la sociedad en que se encuentre.

Todos los seres vivos tienen la función de reproducción para mantener la especie, pero en el caso del hombre, se separa la función de reproducción de la actividad de obtener goce sexual. Esto se logra utilizando medios que potencien la personalidad y faciliten la comunicación y el amor, como lo constituyen las relaciones sexuales. El acto sexual es una actividad que se basa en la comunicación entre 2 personas, léase bien, POR LO MENOS 2 PERSONAS. Según esto, la masturbación no representa un acto sexual, sino que se concibe como una actividad que facilita la comunicación del amor, puesto que sirve de práctica. Para lograr dicha comunicación, es necesario lograr una conexión simultánea de los ámbitos biológicos y psicológicos de ambos, con la utilización de métodos anticonceptivos.

Cabe destacar que el comportamiento biológico escapa totalmente de la realidad social actual. Para contrarrestar este hecho, se pactan los límites que separan lo sano de lo que no es sano. Éstas fronteras se establecen por medio del concepto de salud sexual. La salud sexual es la capacidad de obtener goce sexual y reproducción, es decir, cuando el acto sexual se realiza sin obstáculos orgánicos o psicológicos que dificulten el goce sexual y la reproducción. Los obstáculos orgánicos pueden ser representados por la presencia de infecciones de transmisión sexual o por riesgos de infertilidad; los psicológicos, por impotencia. Estos inconvenientes producen sentimientos de culpa, vergüenza, miedo, e ideas falsas/tabúes.

Resulta primordial conocer y tener bien claros estos conceptos, antes de brindar educación sexual y reproductiva. Precisamente, el desconocimiento característico de estos detalles en nuestra sociedad, genera las actuales desviaciones que se observan en la sexualidad de los panameños. Ya con esto queda en evidencia que la sexualidad no se limita sólo al coito…