La sexualidad, en nuestro país, ha llegado a convertirse en un icono, a tal punto que se utiliza como estrategia publicitaria, que tiene como fin atraer las miradas de los ciudadanos. Apreciamos en nuestras calles, vallas publicitarias con imágenes de mujeres seductoras, casi desnudas; en la televisión, propagandas en las que no puede faltar la presencia de una mujer, inclusive en los programas, donde tienen que existir escenas eróticas para ser llamativos. Como consecuencia, la imagen de la mujer queda denigrada socialmente y se promueve el machismo. Los medios de comunicación se están encargando de sembrar, en nuestra sociedad, el morbo que la caracteriza. Por estas razones, debemos educar a los ciudadanos sobre temas de sexualidad para evitar lamentaciones.
Para realizar un análisis preciso, con el fin de hallar un mecanismo para enfrentar esta realidad social, debemos partir del siguiente punto: La educación sexual inicia en el hogar. La familia, como unidad funcional de toda sociedad, tiene ciertas funciones, una de ellas es la socialización, que se define como la transmisión de valores y normas sociales, mediante la enseñanza de la cultura del grupo. Con la socialización, se prepara al futuro miembro para hacer frente a la vida en sociedad. Y es aquí donde entra el papel de la educación sexual.
En la etapa de niñez, los jóvenes miembros de la sociedad van descubriendo su sexualidad, desde el momento en que se percatan de las diferencias anatómicas que existen entre un hombre y una mujer. Comienzan a surgir dudas que deben ser disipadas adecuadamente (Léase por sus padres con el uso de un apropiado lenguaje). No obstante, en nuestra triste realidad, los padres no cumplen debidamente con esta parte de su rol, y dejan que nuestros intoxicantes medios de comunicación se encarguen de aclarar las dudas de los niños sobre temas sexuales. Justamente, es esto lo que promueve el desarrollo de la mala actitud que caracteriza a los jóvenes, en cuanto a la sexualidad.
Con la llegada a la pubertad, los adolescentes experimentan cambios anatómicos y fisiológicos: Crecimiento de los senos, del vello púbico, y, principalmente, la secreción de hormonas que controlan el surgimiento de las características sexuales secundarias y del comportamiento sexual. Inician las conductas de atracción entre sexos opuestos (Hay casos donde se nota la atracción entre miembros del mismo sexo) y se despierta el deseo sexual, efecto de la fisiología regulada por las hormonas. Precisamente, en esta etapa del crecimiento humano, los conocimientos sobre sexualidad deben ser reforzados. El joven debe poseer nociones sobre la anatomía y fisiología corporal de ambos sexos, siendo este punto muy importante para el correcto uso de los métodos anticonceptivos. Cuando el joven posee buenos conocimientos sobre dichos temas, desarrolla una conducta fija, fortalecida y apropiada, y puede afrontar situaciones en las que intervenga su sexualidad, como es debido. Sin embargo, ocurre todo lo contrario en nuestro suelo. Los jóvenes panameños se encuentran inmersos, actualmente, en un océano de ignorancia de los asuntos antes mencionados, y aún así, SE ATREVEN a llevar una vida de desenfreno sexual. Nueve meses después, les llega la factura, o sino, adquieren infecciones de transmisión sexual. Bueno, hay quienes tienen la dicha de no vivir las consecuencias negativas de sus actos. Pero, ¡Eso no va a suceder siempre!
Integrando lo antes escrito, queda evidenciado que es indispensable brindar la educación sexual a la que tanto derecho tienen los miembros de la sociedad desde su niñez en el hogar. Felicito a las autoridades de educación, que han mostrado su preocupación por abordar este tema, estudiando la posibilidad de brindar cursos de educación sexual en las escuelas. Pero es mí deber advertir algo: El éxito de estos programas va en función de cómo, cuándo y quién las dicte. Sean conscientes…
3 comentarios:
Me gustó este tema, puesto que tengo un blog al respecto. Sin embargo difiero contigo en un aspecto. NO creo que los adolescentes tengan ese deseo sexual desenfrenado e irresponable por ignorancia o poco conocimiento acerca del sexo. Lo digo porque no hace mucho salí de secundaria y eran muy frecuentes las charlas acerca de los cambios físico, químicos y psíquicos que experimentamos en nuestra fase de desarrollo. Eso aunado a los libros de texto que hablan de los órganos genitales, su función y la descripción de una relación sexual.
Hay información suficiente, mis amigas ya tienen hijos, son madres solteras, que escuchaban con igual atención que yo las charlas traídas por el Ministerio de Salud o Ministerio de Educación.
Esto aunque es de gran ayuda, no es lo primordial.
Como tú explicas, la educación sea cual sea, proviene de casa. Y en casa el ejemplo de nuestros padres es el factor principal (más no determinante) que modela la conducta así como la manera de pensar del niño, el cual al salir a la calle vá a ser influenciado por lo que aprende en la escuela, en los medios de comunicación y lo que ve en la calle.
Si los padres son irresponsables, cómo reclamarle a un maestro o al gobierno por lo que ellos ya han formado. Luego se quejan porque el libro de educación sexual programado para las escuelas es muy explícito.
este proyecto necesita mejoras no debe tomar se a la ligera ya que el futuro de la patria sus niños estan en peligro ya que este documento no estan presiso y no va deacuerdo a la moral en la que se vasa nuestra constitución
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