jueves, 22 de febrero de 2007

La realidad de Panamá

Panamá es un país bendecido por su excelente posición geográfica; debido a este hecho, tenemos el privilegio de poseer una de las maravillas modernas en nuestro suelo: El Canal de Panamá. Somos un país que posee personas capacitadas y de renombre a nivel mundial, y esto es corroborado, por dar un ejemplo, por el excelente manejo en la administración del Canal, tanto así que hemos superado la calidad de la administración estadounidense. Poseemos excelentes recursos, algunos que han sido aprovechados y otros que esperan ser explotados.

Gracias a estos y muchos más hechos, cada vez más negociantes internacionales dirigen su mirada hacia nuestro país, hallando en él, un lugar seguro y próspero para invertir su capital.

Tomando en cuenta estos puntos, nuestro país tiene excelentes oportunidades de alcanzar el desarrollo y consolidarse en un país del primer mundo. Pero hay ciertos problemas que, como en todo país, han retrasado nuestro progreso, sólo que, en Panamá, se hacen más notorios cada día. Y me atrevo a afirmar, que el principal problema que aqueja a este país es el bendito “Juega vivo” y explico la razón.

Cuando una persona quiere hacérselas del más astuto, se aprovecha de aquellos inocentes, que viven su vida de manera pacífica. Ahora bien, el impacto que cree este “vivo” en nuestra sociedad dependerá, en gran medida, de su objetivo. Si se trata de obtener el factor monetario, lo conseguirá de la manera menos difícil: a costas del bolsillo del pacífico. Esto hace que las riquezas se distribuyan desigualmente. ¿Cuál será la consecuencia de ello? El aumento de la pobreza.

Con el tiempo, las personas van asimilando esta errónea manera de obtener algún beneficio propio, y aumenta el número de personas que hacen uso de esta nefasta práctica y lo aplican en otros campos.

Buscando alternativas para obtener más ganancias, los supuestos taimados van empobreciendo la calidad de los servicios que brindan. Imagínense que esto se dé en los 2 sectores más importantes de toda nación, tan importantes que son factores imprescindibles para alcanzar el progreso: La salud y la educación. De ser así, surgen grandes inconvenientes que impiden el avance del estado: Se dan epidemias, muertes por causas desconocidas, en el caso de la salud, y se origina un alto porcentaje de analfabetismo, falta de preparación, etc., en el caso de la educación.

Al momento de buscar empleos, uno de los requisitos fundamentales es la preparación académica y universitaria. ¿Qué pasa si no estas bien preparado? No obtienes el empleo. Si se aplica esto a las infortunadas víctimas del pobre sistema de educación que se explicó anteriormente, ¿qué surge? Desempleo. Esto trae consigo la desesperación por obtener el sustento diario del hogar que se transcribe, en algunos casos, en violencia, robos, disputas de pandillas, inclusive el narcotráfico.

No es una mera casualidad que se presenten todos estos y más inconvenientes en nuestro suelo, si la gran mayoría de ellos son provocados originariamente, por personas que quieren jugárselas del más vivo y conseguir beneficios sin el menor esfuerzo. Lo más irónico del caso, es que son ellos los que se creen, inescrupulosamente, los “héroes” que vienen a solucionar los problemas de la nación. ¡Qué poca decencia! Lo más triste es que son éstos los que ganan las contiendas electorales, valiéndose de recursos tan bajos como lo es la demagogia política.

Todo esto va creando un círculo vicioso sin fin, que sólo puede detenerse, si se deja de practicar el tan conocido “juega vivo”. Depende de todos los panameños….dejen de creerse los vivos…

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